El enigma de la casa abandonada by Enid Blyton

El enigma de la casa abandonada by Enid Blyton

autor:Enid Blyton [Blyton, Enid]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Aventuras, Juvenil
editor: ePubLibre
publicado: 1954-12-31T16:00:00+00:00


—¡Está cerrada con llave! —dijo Nick con un gruñido—. ¡Vaya!

—¿Está cerrada por este lado o por el otro? —preguntó Katie en voz muy baja—. Mira por el ojo de la cerradura para ver si hay una llave al otro lado.

Nick se agachó y miró. No había ninguna llave al otro lado y veía fácilmente parte de la habitación. Se quedó mirando, sorprendido, y luego se apartó.

—Mira tú, Katie —dijo—, y dime qué ves.

Katie escudriñó y luego se enderezó con cara de asombro.

—¡Nick! Ahí hay un colchón y una manta. Y creo que también hay un candelabro. ¿Quién duerme aquí, en esta vieja casa abandonada? ¿Y dónde está? Aquí ahora no hay nadie. Quienquiera que sea ha salido y ha cerrado la puerta con llave.

—Puede que esté en otra parte de la casa —apuntó Nick, y eso asustó de verdad a los dos niños. El miedo se mezcló con el entusiasmo y se lanzaron escaleras abajo, olvidándose de no hacer ruido y tener cuidado.

—No quiero bajar a la bodega otra vez ni recorrer ese oscuro túnel —dijo Katie, jadeando—. ¿No hay otra salida, Nick?

—Aquí hay una pequeña puerta con la llave puesta —contestó el chico, corriendo hacia ella.

Había cerrojos arriba y abajo y los descorrió. Emitieron un chirrido y Katie se estremeció. Nick giró la llave y tiró con fuerza de la puerta. Con una repentina sacudida, se abrió y él casi se cayó para atrás. Nick cogió la llave de la parte interior de la puerta e hizo salir a Katie. Cerró y se guardó la llave en el bolsillo.

—No podemos dejarla abierta, o alguien podría entrar —dijo—. Podrían prender fuego a la casa —añadió, pensando en el colchón y la manta que había en la habitación de arriba.

Salieron al arenoso y desolado jardín y bajaron por el pequeño y empinado sendero hasta la playa.

—La persona que duerme en esa habitación debe de ser la que pensamos que era Gareth —comentó Katie—. Pero no puede ser él, claro, porque duerme en Holiday House, así que no tendría mucho sentido que durmiera en esa vieja casa, ¿verdad?

—Ningún sentido. Me pregunto quién será. Katie, no vamos a contar nada de esto a nadie.

—No —estuvo de acuerdo Katie, que ya se había recuperado de la sensación de miedo y estaba entusiasmada ante la idea de tener semejante secreto—. No se lo diremos a nadie. Pero debemos volver a entrar en esa cueva y seguir el pasadizo en dirección contraria todo lo que podamos. Y vigilar esa habitación, Nick…, por la noche, quiero decir. Podremos ver si hay luz allí si miramos por la ventana del trastero que hay al pie de la torre. Me he fijado en que esa ventana da justo a la vieja casa.

—Buena idea —dijo Nick—. Vigilaremos esta noche, Katie.

Punch se volvió loco de alegría al verlos cuando abrieron la puerta de su dormitorio. Voló hacia ellos como si hiciera semanas que no los veía.

—Te habrías muerto de miedo en esas cuevas y en la bodega, Punch —dijo Katie, abrazando al perrillo.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.